top of page
  • edcorreaarce

Egipto Maravilloso (5)

Updated: Sep 25, 2019


Este día empezaba más temprano para algunos de nosotros puesto que teníamos programada una actividad extra, íbamos a sobrevolar Luxor en globo. Cruzamos de nuevo el Nilo en un bote y luego en un pequeño bus fuimos directo al sitio donde despegaban, no muy lejos del Valle de las reinas que visitáramos antes. Este sitio es el lugar ideal para esta actividad, un terreno plano amplio y justo al lado de la carretera. Al llegar vimos una decena de globos en diferentes fases del proceso, completamente desinflados, a medio llenar y ya en el aire. El espectáculo era bastante entretenido y mientras observábamos, nuestro guía nos indicaba cuál sería el nuestro. Creo que ninguno de nosotros había experimentado algo similar y al principio estaba ligeramente ansioso, pero una vez despegó todo rastro de ansiedad se disipó. El movimiento es gradual y extremadamente suave y creo que la experiencia visual opaca cualquier otro tipo de sensación que puedas tener en el momento. Lo primero que alcancé a identificar en la distancia fue Deir El Bahari y el templo de Hatshepsut, luego a medida que nos elevábamos pude ver el Ramesseum y al otro lado del Nilo a Luxor y el templo de Karnak. Lo único que podía distraer de la sensación de paz y contemplación del paisaje era el quemador, que cada vez que se activaba sentía que podía freír un huevo ahí mismo! Otra de las cosas que me impactó de poder observar Luxor desde las alturas fue constatar el marcado límite entre la fértil ribera del río y el desierto, con sobrada razón el Nilo fue venerado desde la antigüedad como una deidad. Sin la periódica inundación de sus riberas esta civilización no hubiera prosperado ni hubiera tenido la prevalencia en el tiempo que tuvo.

Botes y globos en la madrugada

Amanecer en el puerto

Listos a despegar

Como se infla un globo!

Globos y mas globos

Despegando

Deir El Bahari parte superior central y el Ramesseum al margen izquierdo superior

El Nilo a la izquierda y el marcado límite del desierto

Una vez comenzamos el descenso empezamos a ver más detalles de la vida cotidiana desde una perspectiva muy particular. Desafortunadamente la práctica de quema todavía es muy usada en los campos de caña y se podía ver cómo se mezclaba el humo con la niebla matutina cerca del río. El aterrizaje es un trabajo colectivo porque se necesita la pericia del piloto para encontrar un lugar suficientemente despejado y un buen número de personas para sujetar el globo en tierra y ayudar a desinflar y doblarlo para repetir el proceso el día siguiente. Ya una vez en tierra regresamos en nuestro pequeño colectivo al puerto para cruzar el río y salir hacia nuestro próximo destino con el resto del grupo, el templo de Hathor en Dendera. El recorrido en el bus tomó algo más de una hora para llegar a Qena, el pueblo más cercano al templo, pasando por pequeños poblados y pudiendo apreciar lo árido del terreno mientras más te alejas del Nilo. Tal vez por su ubicación o el día de la semana éramos los únicos en el sitio a esa hora, lo que nos permitió una visita bastante cómoda. La entrada está rodeada de jardines y antiguas construcciones que pertenecían al complejo del templo pero que hoy solo quedan unas pocas evidencias. A la distancia, alineado con la calzada, se puede ver un arco de entrada parcialmente restaurado que una vez superado permite ver el patio central. Aquí se pueden ver pequeños templos anexos donde se celebraba generalmente el nacimiento del dios al que estaba dedicado el templo principal. A medida que me acercaba podía ver más detalles de la construcción que permanecían ocultos debido al contraste de la luz directa del sol. Lo primero que me llamó la atención fue ver como en este templo el estilo arquitectónico es exclusivo de esta deidad. Cabe mencionar que Hathor es una divinidad que representa el principio femenino de la naturaleza y se ha venerado desde la más remota antigüedad. Las columnas del templo están coronadas con la cabeza y cara de Hathor con ojos almendrados y orejas de vaca, de ahí el nombre de columnas hathóridas.


Quema de campos de caña de azúcar

Chico pastoreando sus cabras

Calzada principal del templo de Hathor en Dendera

Arco de entrada al templo

Columnas Hathóridas

Como en otros templos y por intolerancia religiosa, aquí también trataron de desfigurar la cara de las columnas y destruir el sitio en general, afortunadamente este templo corrió con mejor suerte y todavía es posible apreciar su gran belleza. El segundo detalle que me llamó la atención fue la vocación estelar y astrológica del templo y de los decorados y pinturas del cielo raso. Muchas partes conservan el azul original y se puede ver la estrecha relación del templo con los ciclos de la naturaleza. El cielo raso está bellamente decorado con estrellas y representaciones de los dioses primigenios del cielo y la tierra enmarcando el eterno ciclo de nacimiento y muerte del sol, así como todos los signos del zodíaco en gran detalle y con unas claves adicionales que jamás había visto. Este es el caso particular del signo Sagitario que nunca había visto representado en una especie de fusión especial con el signo Escorpión en sus dos acepciones, con las alas del águila y con el aguijón del escorpión reforzando tal vez el carácter dual de Sagitario en su naturaleza animal y como hombre alado capaz de alcanzar una gran elevación espiritual. Estaba claro que esta no era la única sorpresa que este templo tenía guardada para mí, pues al cabo de un momento de deambular entre sus columnas empecé a sentir un deseo intenso de separarme del grupo y caminé al extremo opuesto de donde se encontraban todos. Al cabo de unos segundos empecé a sollozar sin ninguna causa aparente y me invadió un deseo intenso de llorar, pero no un llanto tímido, empecé a llorar como un niño, sin ningún tipo de control mientras pensaba que se iba a venir todo el grupo a ver qué pasaba. No sé cuanto tiempo me tomó recuperar mi aliento y mi compostura pues no quería que me vieran en esa situación, pero fue el tiempo suficiente para regresar con el grupo sin que nadie se enterara de nada ni notaran mi ausencia. No entendía nada de lo que me había pasado y en ese momento solo quería seguir disfrutando de la visita al templo, así que de cierta forma suprimí este suceso, sin mencionar que me sentía además un poco avergonzado. No fue sino meses después que me empezaron a llegar claves para interpretar este extraño evento y conectar con otro suceso en mi pasado que tuvo un fuerte impacto en mi vida así como mi conexión con la Madre Tierra. Las cámaras interiores hacia el fondo del templo eran más oscuras y las labores de restauración, sobre todo del techo, todavía continúan. Gran parte de los dibujos del cielo raso están cubiertos de una gruesa capa de hollín que se acumuló siglos después de que estos templos fueran construidos debido a que la gente usaba el templo como refugio haciendo fogatas para cocinar y calentarse cuando éste se hallaba aún parcialmente enterrado en la arena.


Signos del Zodíaco

Sagitario en detalle del grabado del cielo raso

Gruesa capa de hollín, antes y después de restaurarlo en la parte superior

Adentrándonos en las cámaras del fondo del templo descendimos por una estrecha abertura cuadrangular hacia una especie de sótano con corredores estrechos, por esta razón el grupo debió ser dividido en dos para poder entrar con suficiente comodidad. Justo debajo de este templo se encuentra uno de los altorrelieves más controvertidos del antiguo Egipto, se trata de la famosa lámpara de Dendera, una clara alusión a la forma de una bombilla incandescente como la conocemos en tiempos modernos con un cable de alimentación, una base representada por una flor de loto de donde nace el filamento incandescente, representado por una serpiente, y su cubierta traslúcida; pero que hacía en un mural miles de años antes de que se “inventara” la bombilla eléctrica? Como había dicho antes, en Egipto los misterios no cesan, y esta representación de una bombilla eléctrica aclara muy bien el enigma de cómo se podían realizar estos altorrelieves y pinturas sin dejar manchas de hollín en el interior de las oscuras cámaras internas. Los egiptólogos clásicos obviamente no admiten este tipo de ideas. Esta cámara subterránea no es el único lugar donde se encuentra una representación de la lámpara, ya que tuve la oportunidad de verla en un mural de un templo anexo dedicado a Isis a una altura de unos 3 m, pero es en esta cámara subterránea donde se puede apreciar en todo detalle. Luego de salir maravillado de aquel "luminoso" encuentro, tuvimos la oportunidad de subir a la terraza del templo. En general todos los templos tienen una conformación relativamente similar, pero este fue el único lugar donde se nos permitió el acceso a la terraza y disfrutar de la vista, además otro de los sitios de interés de este templo se encuentra en el segundo nivel, el famoso Zodíaco de Dendera. Desafortunadamente el altorrelieve original se encuentra en el museo del Louvre y la réplica que lo reemplaza no está en las mejores condiciones. Todavía existe mucha controversia acerca del tiempo que puede estar representando dicho calendario, un pasado muy remoto o uno más cercano, o como afirman algunos autores, que es una réplica de un calendario babilonio inexactamente representado. Lo que si está claro es que la controversia no le resta interés ni belleza. Ya una vez fuera nos dirigimos al pequeño templo anexo de Cleopatra y el altorrelieve del muro externo donde se hizo representar acompañada con los dioses. También se puede observar el inmenso lago que se utilizaba para los rituales de purificación. Cabe resaltar que el sitio como tal estuvo siempre dedicado a la diosa Hathor desde época predinástica, aunque este templo data del período Greco-Romano conservando gran parte del estilo y arquitectura de los templos del período clásico. Ya de regreso pude ver con mas detalle esculturas dejadas a la entrada así como una pequeña avenida de esfinges que no había visto al principio. Esto me ayudaba a afianzar más la idea de que se requieren posteriores visitas para no perder detalles importantes.


Lámpara de Dendera

Lámpara de Dendera

Terraza del templo

Zodíaco de Dendera (o lo que queda)

Réplica del Zodiaco de Dendera en el museo Egipcio de San José (California)

Lago de purificación a la izquierda

Objetos a la entrada del templo

Avenida de esfinges desfiguradas

El viaje hacia el templo de Abydos nos llevó a través de Nag Hammadi, un lugar bastante importante en la historia de la cristiandad temprana cuando estaba mas ligada al Gnosticismo y donde se encontraron algunos textos “apócrifos” como los evangelios de Tomás y de Felipe. Esto es solo una prueba que tanto en la antigüedad como hoy en día la intolerancia y el deseo de control de las autoridades religiosas suprimen intencionalmente ciertas enseñanzas que desean mantener ocultas al público o simplemente restarles importancia. El templo de Abydos está dedicado a Osiris, el dios de la muerte y la resurrección y se encuentra rodeado por el poblado de Al-Araba al-Madfuna. En la antigüedad era un complejo mucho mas grande y un sitio de peregrinación para todos los egipcios cuyo deseo era ser enterrados allí, pero hoy en día solo queda en pie el templo de Seti I. No quedan rastros del pílono y se accede directamente a la sala de columnas después de superar una pequeña rampa y un patio con rocas apiladas y algunas esculturas. Casi a la entrada de las columnas se encuentra otro de los controvertidos altorrelieves en la parte alta del techo. Una clara referencia a vehículos modernos que los antiguos constructores debieron haber visto y plasmaron en forma de jeroglífico como testimonio de aquellas maravillas de la tecnología (un helicóptero, un tanque, y diferentes tipos de naves). Digo clara referencia porque no se necesita hoy en día mucha imaginación para ver la similitud con estos aparatos, sin embargo en la antigüedad debieron ser objetos mágicos.


Entrada al templo de Abydos

El templo rodeado muy de cerca por el poblado

Entrada a la sala de las columnas

Penumbra en el interior de la sala

Jeroglíficos representando artefactos modernos

Vista del Osirión

Agua estancada en la base del templo

Grabado de La Flor de la Vida

Existe también en este templo un mural con la cronología de todos los nombres de los faraones en sus cartuchos que reinaron Egipto desde Menes I. Aquí no se hace mención al tiempo predinástico y hay algunas “correcciones” de aquellos que intencionalmente querían borrar de la historia como a Hatshepsut y Akhenatón. El templo, aunque oscuro en las salas interiores, está bellamente decorado y algunos de las pinturas conservan su color original. Es curioso observar varias puertas falsas en algunos de los recintos dedicados a los dioses como portales a otra realidad. Al salir del templo nos dirigimos al famoso Osirión con sus columnas y estructuras que me recordaron la antesala de la entrada a la esfinge en Giza. Esta parte permanece parcialmente sumergida ya que el nivel freático del area subió con el paso del tiempo y a pesar de que se han hecho esfuerzos para rescatar la estructura del agua, hasta el momento han sido en vano y se ve bastante descuidado. Otro de los detalles que no se puede dejar pasar es el grabado en una de las columnas del símbolo de La Flor de la Vida, que como mencionan algunos autores, es el diseño a partir del cual surge toda la geometría sagrada y la creación en sí misma. La manera como esta dibujado sobre la columna también es curiosa puesto que no es un altorrelieve ni un grabado tradicional, al parecer el diseño fue plasmado sobre la roca con una fuente de alta energía tipo láser. Este grabado puede pasar fácilmente desapercibido puesto que es de un color oscuro y debido a su ubicación en una de las columnas sumergidas, el acceso es solo hasta cierta distancia, de todas maneras vale la pena ir lo mas cerca posible. Como siempre, el regreso al hotel me permitía asimilar un poco la experiencia ya que la visita a estos increíbles lugares es toda una sobrecarga de información a muchos niveles. La noche auguraba una agradable travesía navegando las aguas del Nilo hacia nuevos e interesantes lugares.

33 views0 comments

Recent Posts

See All
bottom of page