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Egipto Maravilloso (2)

Dia 2

Nuestro segundo día se presentaba tan intenso como el primero con la anhelada visita al Plateau de Giza con sus pirámides y la Esfinge, y en la tarde, la visita al Museo de El Cairo que está repleto de tesoros. Todo rastro de cansancio del viaje había desaparecido por completo y dentro de la programación estaba incluida una meditación matutina antes de salir a los sitios, lo que me recargaba aún más. El ejercicio de meditación que hicimos esa mañana me pareció excelente porque fue una meditación activa que realizamos de pie y moviendo nuestros brazos para estimular todo nuestro sistema energético. Me gustó tanto que lo practico con cierta regularidad desde ese día y lo compartí también con mi familia. En el mes de Marzo el clima en las mañanas es fresco (13-15℃ hasta 24-25℃) y siempre estuvo acompañado de una neblina que se disipaba a medida que la temperatura aumentaba hacia el mediodía. Ya listos después de un delicioso desayuno estábamos en la puerta del hotel con nuestro destino a la vista, el hotel está a unos 10 minutos en autobús de la entrada al Plateau, así que el viaje fue bastante corto. Al pasar la entrada se asciende una pequeña colina en dirección sur hasta el Plateau y al llegar allí sentí como una onda expansiva radiando desde la pirámide me alcanzaba, como si una corriente de viento me hubiera soplado fuerte la cara y el pecho. En un primer momento no alcanzaba a entender la magnitud de esta estructura, es una montaña de rocas!! Lamento quedarme corto de palabras si no consigo describir de manera más precisa lo que estaba observando, pero definitivamente es una experiencia que se integra no solo con los sentidos sino también a un nivel más profundo. Lo que también percibí es que la pirámide magnifica la energía que se le imprime o que tiene a su alrededor, y por esta razón se siente así mismo magnificado el caos del Cairo sin que esto pueda contrarrestar el sentimiento de asombro y admiración de la estructura más imponente y maravillosa que he visto en mi vida. Mientras nos reuníamos en un punto cercano a la entrada seguía mirando la estructura y la sensación que tenía era similar a la primera vez que ves el mar; es todo lo que abarcan tus ojos y te sientes diminuto. Recuerdo una historia del escritor Eduardo Galeano donde contaba que un padre llevó a su hijo pequeño a la playa por primera vez y mientras los dos contemplaban el mar el niño le dijo “Papá, ayúdame a ver”.

La entrada a la gran pirámide se realiza por un túnel excavado en la roca unos metros más abajo de la entrada original uniéndose posteriormente a esta. Se atribuye esta entrada al Califa Al-Ma’mun en el año 820 DC. El hecho de que se tuviera que violentar la estructura de esta manera demuestra claramente que el conocimiento de los maestros constructores se había perdido hacía ya mucho tiempo. El pasadizo es mucho más amplio que el de la pirámide roja, y al conectarse con la entrada original, unos metros más adelante, se pueden ver mucho mejor los detalles arquitectónicos de su construcción, los altos arcos y las enormes rocas que componen toda la estructura. Esto también hace pensar en su precisión, porque todos estos detalles del interior, las diferentes cámaras y conductos que conectan con el exterior, fueron diseñados y cuidadosamente ubicados durante su construcción, lo que causa un mayor asombro. Esto puede parecer muy obvio, pero para alguien que no tiene conocimientos en arquitectura es una razón más para maravillarse. No voy a ahondar en detalles técnicos porque existen innumerables obras escritas que atestiguan su perfección y la fascinación que ha generado desde siempre. Una vez en el canal de la entrada original se comienza el ascenso a la cámara del rey por la gran galería, y justo antes de la entrada se encuentra la antecámara, que tenía un bloque de piedra obstaculizando el paso y del que se pueden ver aún las muescas en la roca que se utilizaron para encajarla allí. Una vez en el interior sorprende la sobriedad del arreglo sin ningún tipo de decoración. La cámara tiene aproximadamente 10 m de largo por 5 m de ancho y 5 de alto, y se encuentra allí, solitario, el sarcófago. Cabe mencionar que el sarcófago fue tallado de un solo bloque de granito y sus ángulos rectos al interior y exterior son perfectos. El ritmo agitado del incesante flujo de turistas dentro de la cámara no me permitió tener una mayor conexión con el sitio, pero la constante “vibración” de toda la estructura es permanente. Como siempre, deseaba quedarme más tiempo en estos lugares y mientras descendía de nuevo por la gran galería quería guardar cuidadosamente cada detalle en mi ojo mental porque todavía nos faltaban muchas cosas para ver.


Entrada a la Gran Pirámide de Keops

Una vez fuera, en la cara este de la pirámide pudimos ver dos de los pozos rectangulares que albergaban las barcas solares que servían como elemento ritualístico del faraón en el paso hacia la otra vida, así como algunos de los bloques de granito que formaban parte del recubrimiento original y que no han sido saqueados aún, como tristemente se ha hecho desde la antigüedad cuando construyeron la ciudad de El Cairo usando muchos de estos bloques. Para nada despreciable fue la labor de nivelación del Plateau, y en una de las fotografías podrán ver el tamaño de los bloques que se utilizaron en los terrenos aledaños a las grandes estructuras. La gran pirámide fue construida sobre un montículo y se niveló la periferia, lo que hace su construcción aún más compleja existiendo un error de nivel de menos de 2 cm de un lado a otro. Esto descontando que la actividad sísmica del pasado pudo haber influido en este “error” mucho antes de que se realizara el meticuloso trabajo de medición llevado a cabo por Flinders Petrie (1880-2) y que aún se usa como referencia en la actualidad por ser uno de los más precisos. En la cara sur se erigió un museo donde se reconstruyó una de las barcas solares halladas en uno de estos pozos. La restauración tardó más de una década y se encontraron, casi intactos debido a las condiciones de aridez del sitio, cuerdas y madera, principalmente cedro libanés. La barca mide 43 m de largo aproximadamente y los detalles son increíbles, vale la pena visitarlo.


Uno de los pozos rectangulares de las Barcas Solares

Tamaño y ángulos perfectos de los bloques

Camello sentado entre los bloques

Museo de la Barca Solar a la izquierda

Cuando salimos del museo, hacia el mediodía, el sitio estaba abarrotado de turistas, y según el guía, muchos locales. Familias egipcias que van a visitar por primera vez y también chicos de colegio que les gusta tomarse fotos con los turistas; ya teníamos en nuestro grupo a Gaby que era toda una celebridad. El hecho del turismo local me alegró mucho porque a pesar del abandono, la gente sigue considerando a las pirámides muy cercanas y un motivo de orgullo.


Paseo familiar a las pirámides

Aunque parezca un poco insistente en el tema, creo que la construcción y precisión con las que fueron hechas estas estructuras es precisamente el centro mismo del misterio y el punto del debate y del enmascaramiento de la verdad, y sería muy interesante que revisaran con detalle y un ojo crítico algunas de las preguntas de las que hemos recibido unas respuestas muy infantiles y sin sentido de la arqueología oficial. Cómo lograron orientar y emplazar las pirámides con los instrumentos de los que supuestamente tenían a disposición? La orientación es cercana a la perfección. Cómo lograron ubicar los bloques con precisión milimétrica? Cómo explicar los cortes, las perforaciones y sobre todo, las marcas de perforación con maquinaria mucho más potente y eficiente que las máquinas con las que contamos hoy en día? Máquinas que según los expertos, tenían 50 o 60 veces más potencia que las actuales y materiales de dureza desconocida para realizar dichas perforaciones? Cómo lograron ubicar en ángulo las losas de recubrimiento de las pirámides? Eso es toda una proeza de la ingeniería. Y aquí me detengo porque la lista de preguntas sin responder es bastante extensa. Es una necedad seguir perpetuando tantas mentiras alrededor de la construcción de las pirámides y como bien lo dijo el investigador español Fernando Jiménez del Oso: “Los arqueólogos siguen diciendo muy bien lo que saben sin saber lo que dicen”

Luego de visitar la gran pirámide nos dirigimos a un punto de observación donde se puede apreciar todo el Plateau de Giza en su magnificencia. Este es un sitio obligado para tomarse unas buenas fotos.


Mirador de Giza con mi segunda familia

De allí bajamos de nuevo al Plateau para visitar la pirámide de Micerino, la tercera y más pequeña de todas, y cuál no sería mi sorpresa al observar en la base las rocas de granito emplazadas con una técnica de construcción idéntica a Machu Picchu y Sacsayhuamán! De todas las cosas que había leído y visto en documentales, este detalle no lo conocía. Se pueden observar claramente las salientes o extraños abultamientos de las rocas que algunos autores mencionan como puntos de agarre. Los maestros constructores manejaban las mismas técnicas tanto en Egipto como en América del Sur, o lo que también se podría pensar, son los mismos iniciadores de civilizaciones a uno y otro lado del océano. Desafortunadamente no se permitían fotografías al interior de esta pirámide pero al igual que en las dos anteriores donde tuvimos la oportunidad de entrar, la construcción es impecable y la energía que se percibe es constante. La pirámide de Kefrén se puede observar claramente desde la entrada a la de Micerino y algunas veces da la impresión de ser incluso más grande que la de Keops porque ha mantenido buena parte de la cúspide intacta. El acceso a la pirámide de Kefrén estaba cerrado al público durante nuestra visita, lo que me da un motivo adicional para regresar. De aquí nos esperaba la Esfinge y la entrada a la calzada que llevaba originalmente desde el Nilo hasta la pirámide de Kefrén. Aunque solo queda en pie una parte de la entrada y tal vez por estar tan cerca de la Esfinge, es la que mejor se conservó, o al menos lo que queda de ella. Me imaginaba, mientras el bus descendía a lo largo de la antigua calzada hasta el punto de acceso a la Esfinge, cómo habría sido de impresionante todo el conjunto en su época de esplendor con las tres calzadas en pie, cada una hasta su respectiva pirámide.


Pirámide de Micerino

Detalle mostrando similitud con construcciones en Perú

"Viajes románticos", como se lee en el microbús

Sorprende a cada oportunidad ver la complicada técnica de ubicación de los bloques con múltiples puntos de unión en los arcos de la entrada y a lo largo de los muros, y aunque logramos observar con detalle algunos aspectos de la construcción, el flujo de turistas era una oleada continua que casi obligaba a continuar la marcha, además el pasaje es estrecho y nosotros tampoco éramos un grupo pequeño. Al salir del estrecho corredor lo primero que te encuentras es la cabeza de la Esfinge a tu derecha, y a medida que vas ascendiendo por la calzada alcanzas a ver la estructura completa. La visión del conjunto, Esfinge y pirámides al fondo, es algo que difícilmente se te puede borrar de la mente. Es interesante observar la proporción de toda la Esfinge porque su cabeza es muy pequeña con relación al cuerpo y como han sugerido algunos investigadores, es posible que el diseño original fuera con cara de león y posteriormente se le esculpiera la cara del faraón. Según relata la Estela del Sueño, que se encuentra entre las patas delanteras de la Esfinge, fue el príncipe Tutmosis IV que durante un sueño escuchó a la Esfinge pedirle que la desenterrara y a cambio lo convertiría en faraón de Egipto, como en efecto sucedió. Esto hace parte de la historia “reciente” de la estatua, pero considerando la edad real estimada de la Esfinge, de probablemente más de 10.000-12.000 años de antigüedad, según estudios de marcas de erosión de agua encontradas en los muros circundantes y en la estructura misma, transcurrió tiempo suficiente para que un faraón mucho más antiguo y narcisista tallara su cabeza en lugar de la del león. Esto no está en desacuerdo con la cronología propuesta por Manetón (principal historiador y referencia de la cronología faraónica que vivió durante el periodo Ptolemaico) que aunque incluye errores, relata una cronología de dioses y semidioses muy anterior al periodo que nos han hecho creer que inicia la civilización y que aclararía muchas preguntas respecto a la antigüedad de estas estructuras . Es muy curioso que los arqueólogos modernos solo acepten esta cronología a partir de un cierto y conveniente punto obviando por completo el reinado de los dioses y semidioses, forzándola a ajustarse a su visión dogmática. Las preguntas sin respuestas claras siguen acumulándose.


Detalle de los bloques con múltiples puntos de unión

La Esfinge (por si quedan dudas)

Vista de lo que queda de la entrada a la calzada de la Pirámide de Kefrén

Nuestra siguiente parada, Museo de El Cairo. En nuestro trayecto recorrimos una zona muy bonita del centro de la ciudad paralela al majestuoso Río Nilo. Una vez allí nuestro guía nos indicó que había un costo extra por ingresar con cámara fotográfica y nos dieron los audífonos para escuchar la visita guiada que él mismo nos haría. Desde la entrada se empiezan a ver las maravillas que el interior tiene reservado para los visitantes. Yo soy un enamorado de los museos (fuí guía del museo de ciencias naturales de la Universidad de Antioquia hace muchos años) y tengo un cariño especial por estos lugares. El museo bien amerita dos visitas, porque como siempre, al final ya estás agotado y no aprecias los detalles, pero igual, disfrutamos y logramos apreciar mucho de lo que contiene. Es una realidad que el museo se le quedó chico al cuantioso material que posee hace muchísimo tiempo y que está abarrotado de piezas, lo que dificulta un poco la experiencia. La construcción del nuevo museo, cerca de Giza, estaba en proceso durante nuestra visita y espero que pueda alojar de mejor manera todos sus tesoros. No haría justicia al decir que hay unas partes o piezas mejores que otras pero personalmente me conmovió poder ver la escultura de Akenatón y los grabados y objetos de El Amarna por el significado especial que tienen para mi, los objetos encontrados en la tumba de Tutankamón, particularmente su sarcófago y la icónica máscara funeraria y la estatua de Kefrén con Horus protegiendo su cabeza. Creo que aunque haya personas que no disfruten los museos, el Museo de El Cairo no deja indiferente a ningún visitante.


Entrada del Museo de El Cairo

Akenatón

Kefrén con Horus protector (detalle de escultura)

Finos detalles de oro en una silla

Parte del ajuar de Tutankamón

Vista de una de las salas

Cuando ya estas cansado, no alcanzas a leer pero igual aprecias la belleza

Nuestro intenso día no acababa aquí, regresamos al hotel para cambiarnos y en la noche asistimos al espectáculo de luces y sonido de las pirámides que se realiza muy cerca del sitio de entrada a la Esfinge donde habíamos estado unas horas antes. Los colores y las proyecciones sobre el muro, y en especial sobre la Esfinge son muy impresionantes, especialmente enmarcado en este fabuloso escenario.

Ya de regreso al hotel debíamos preparar maletas para nuestro vuelo a la ciudad de Luxor, que les contaré en el día 3 de este viaje.







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