Hola mi nombre es Edwin , soy Colombiano y llevo mas de 10 años viviendo en Canadá, me apasiona la naturaleza, los viajes y la fotografía y quiero compartir con ustedes en este blog un sueño de toda mi vida; visitar Egipto, o como le decían en la antigüedad, el país de la Tierra Negra.
Preparación y llegada a Egipto
Este viaje siempre lo había tenido como número uno en mi lista, pero aún así lo consideraba como una idea lejana, supongo también por la distancia geográfica; hasta el día que recibí el itinerario de viaje de la agencia RK con el sugerente y apropiado título de “Egipto Místico”, lo que inmediatamente captó mi atención. Lo segundo que llamó mi atención fue el guía, Sixto Paz, de quien había escuchado innumerables charlas y videoconferencias y a quien admiro y respeto profundamente por su dedicación, sorprendente claridad y su constante labor a lo largo de varias décadas ayudando a elevar la consciencia de la humanidad con su mensaje. Como verán, no fue difícil para mí tomar una decisión; en ese momento tenía la certeza de que iría a Egipto y cumpliría finalmente mi sueño.
Mi relación con Egipto ha sido bastante larga y recuerdo claramente desde mi adolescencia visitar las bibliotecas en busca de enciclopedias y libros hojeando con avidez fotografías de las pirámides, templos y joyas de los faraones en una era anterior al internet.
Todo lo relacionado al viaje tenía ese halo de misterio y magia y sentía que este lugar ameritaba una visita muy diferente a la que puede proporcionar el turismo convencional. El hecho de ir con Sixto y un grupo de personas con el objetivo particular de elevar nuestras conciencias en este sitio extraordinario me llenaba de entusiasmo.
Todos los trámites legales (Visa, permisos y estadía) con la agencia fueron muy sencillos y un servicio al cliente que no vacilo un segundo en calificar de excelente. Incluso como iniciativa de la agencia se creó un grupo de Whatsapp para conocer los miembros del grupo y compartir inquietudes, el mismo que sigue felizmente activo hasta el dia de hoy.
Mi itinerario inicial era Calgary-Frankfurt-Cairo, y ahí estaba yo el 27 de febrero en el aeropuerto lleno de expectativas y muy emocionado. En la escala en Frankfurt me uniría a otros miembros del grupo que viajaban de otras partes del mundo para llegar juntos a Cairo. Después de un viaje tan largo (+12 horas con escala) creí que iba a sentir mucho los efectos del cambio horario (Jetlag), pero a pesar del cansancio normal del viaje, me sentía lleno de energía, incluso la llegada al hotel (Les Pyramides de la cadena Meridian) fue impresionante porque estaba ubicado justo al frente del plateau de Giza y se podían ver las pirámides, imponentes y muy de cerca desde la piscina. La recepción en el hotel no solo sirvió para comer una rica cena, sino para hacer una rápida presentación de los miembros del grupo y hacer nuevos amigos.
Día 1
El día siguiente nos esperaba con innumerables sorpresas, zona de pirámides de Dashur, la antigua capital de Egipto Menfis, la necrópolis de Saqqara, el Serafeum y algunas tumbas de nobles de la época. Cabe decir que teníamos un día bastante intenso.
Después del desayuno salimos en dirección a Dashur, a unos 45 minutos al sur del Cairo. Por primera vez pude ver la ciudad con luz de día y debo decir que me causó una gran impresión. Aunque cada uno está acostumbrado al caos de su propia ciudad (haciendo referencia a las ciudades latinoamericanas), es triste pensar que después de albergar una de las civilizaciones más avanzadas del planeta, Egipto se encuentre sumida en tanta pobreza y desorden, incluso a nivel energético, pero de eso hablaré luego. No creo que la situación haya cambiado mucho desde la “primavera árabe” donde se derrocó el anterior gobierno, mucha basura en las calles, un tráfico infernal, contaminación ambiental y descuido de su patrimonio cultural, todo esto adosado a una actitud general de abandono de la gente. Con esto último voy a ser muy claro porque no quiero generalizar. Estoy seguro que hay gente comprometida haciendo un gran esfuerzo por un cambio positivo en el país, pero la impresión general que tuve fue esa. A pesar de todo esto, volvería una y otra vez a tan maravilloso lugar. Volviendo a nuestro viaje a Dashur, una vez empiezas a salir de la parte urbana se empieza a ver mejor la vida cotidiana de la zona rural, un poco más apacible y calmada que el agitado corazón del Cairo. Cultivos de palmas datileras, gente dedicada a labores del campo con sus burros y carretas, es casi inevitable pensar en que el tiempo parece haberse congelado desde la época faraónica. Durante ciertos trayectos del viaje, nuestro guía nos narraba historias de la actualidad para ponernos en contexto y a medida que nos acercabamos a cada uno de los sitios nos daba una detallada explicación que disfrutaba enormemente. Nuestro guía Ahmed Nour, no pudo ser mejor, una persona cálida, de muy buen humor, con una paciencia increíble y una sincera dedicación a las necesidades e inquietudes del grupo. Ahmed es un arqueólogo de la Universidad de El Cairo con una gran experiencia en egiptología que con su vasto conocimiento era como una biblioteca viviente y que siempre nos dió mucha más información de la que pudimos manejar. Otra de las cosas que más me sorprendió fue su excelente manejo del Español.
Dashur
Cuando llegamos al sitio, éramos el segundo bus de turismo en el lugar, así que tuvimos la suerte de ser los unicos en ese momento, en visitar la hermosa Pirámide Roja, dedicada, según la egiptología clásica, al faraón Snefru. La sensación de caminar en las arenas del desierto y ver tan imponentes estructuras es imposible de describir con palabras, esto es algo que todos deberíamos experimentar en algún momento de nuestra vida. Ya en la base de una de sus caras, ascendimos unas escaleras hasta la parte media para descender de nuevo hacia las cámaras internas. El descenso se realiza por un túnel estrecho donde no puedes caminar erguido, así que cada uno encuentra la manera más cómoda de hacerlo. Una vez dentro, sientes como toda la estructura “vibra” y de alguna manera te recarga. A lo largo del trayecto por el túnel y las cámaras internas mi sensación era ir de asombro en asombro de la calidad de la construcción de estas estructuras. Debo mencionar que esta sensación de asombro me acompañó durante todo mi viaje. Estoy absolutamente convencido, y esta visita era una especie de confirmación en campo, de que el hombre en los albores de la civilización debió recibir ayuda de una civilización muchísimo más avanzada para la construcción de las pirámides. Como beneficio de ser los primeros en el sitio, tuvimos la oportunidad de hacer una actividad de armonización dentro de la cámara interna dirigida por Sixto, y es casi palpable la energía que irradia este lugar. Me hubiera quedado ahí horas, pero debíamos continuar nuestra visita. Cuando salimos, mi curiosidad fotográfica me llevó hasta otra de las caras donde se encontraba el piramidión ( la punta de la pirámide) y mientras caminaba a solas hasta el sitio, un halcón (Horus) sobrevolaba la pirámide lo que me pareció muy especial. Ya luego nos reagrupamos e hicimos otra actividad de armonización en uno de los portales que aún quedan en pie al lado de la estructura y que conectaba a una larga calzada que era la entrada original al sitio. Mientras realizábamos esta actividad yo me ubiqué con la espalda recta apoyada sobre la pirámide y es increíble sentir como emana una energía circular o en espiral en forma de pulsaciones regulares. Como lo han mencionado muchos autores, estas estructuras son fuentes de energía y solo me queda imaginar como habrían sido en su momento de esplendor. Luego nos dirigimos a la pirámide romboidal, otra estructura colosal también dedicada al faraón Snefru. Esta fue iniciada antes de la pirámide roja y fué la primera en tener la forma de las grandes pirámides puesto que las construidas anteriormente eran de forma escalonada. Cuando te acercas donde han empezado a caerse los bloques originales, te das cuenta de la maestría y precisión de la construcción y como cada bloque encaja perfectamente en la estructura.
Menfis
De allí nos dirigimos a Menfis, la antigua capital de Egipto después de su unificación por el faraón Narmer. Lo más impresionante de esta visita es que es un museo al aire libre y que el poblado que ahora lo rodea (Mit Rahina), fue construido sobre las ruinas mismas de la antigua capital donde todavía se pueden ver estructuras emergiendo de las laderas de pequeñas cañadas y montículos del terreno. Una vez dentro del museo visitamos la estatua gigante de Ramsés II, que los británicos no se pudieron llevar por su enorme peso y se construyó una estructura in situ para poder albergarla. Lo que más impacta es su perfección y gran cuidado de sus detalles. Ya tendré la oportunidad de hablar con un poco más de detalle sobre la construcción de estas estatuas de Ramsés cuando lleguemos a Luxor.
La zona exterior está llena de esculturas rescatadas de los antiguos templos destacando entre ellas la esfinge de Menfis dedicada a la faraona Hatshepsut y siendo la escultura más grande hecha en alabastro, una estela con la tríada de Menfis (Ptah, Sejmet y Nefertum), columnas Hathóridas (con la cabeza de la diosa Hathor) y otras estatuas enormes de Ramsés II. Luego de esta visita fuimos a uno de los sitios más extraños y misteriosos de Egipto, el Serapeum, una enorme galería subterránea que alberga una serie de sarcófagos gigantes, 24 en total, hechos en granodiorita negra y basalto con pesos que oscilan entre 70 y 80 toneladas, las tapas pueden alcanzar hasta 15 toneladas finamente talladas en su exterior y con ángulos perfectos en su interior. Los sarcófagos se encontraban cerrados al vacío para mayor sorpresa. Algunas secciones de las galerías son tan estrechas que los sarcófagos pasan justo. Solo vienen a mi mente preguntas similares a las de las pirámides acerca de la construcción de este sitio. Con qué tipo de herramientas se realizaron? Con qué maquinaria movieron estas moles de roca por pasadizos tan estrechos? Cual era el fin de estos colosales sarcófagos? Los enigmas que encierra el Antiguo Egipto siguen tan presentes como siempre. Visitamos luego la tumba de un noble de la época, pero debo confesar que las tumbas no fueron mis lugares favoritos. Algunas están hermosamente decoradas, como en este caso, con murales mostrando escenas cotidianas de la vida, principalmente labores de ganadería y agricultura.
Saqqara
Finalmente terminamos nuestra visita en Saqqara, un hermoso complejo compuesto por el templo y la pirámide escalonada del faraón Zoser. Tenía mucha curiosidad de visitar este sitio después de haber leído y visto tanta información de la construcción de la pirámide y particularmente de como se utilizaban sus pasajes subterráneos y cámaras interiores como cajas de resonancia con sus más de 40.000 vasijas perfectamente talladas en alabastro y otras rocas de gran dureza encontradas en su interior que vibraban haciendo resonar toda la estructura para un fin aún desconocido. Se pueden ver algunas de estas vasijas y el hermoso recubrimiento vitrificado de algunas de las cámaras en un pequeño museo cerca de allí, el Museo de Imhopet, el arquitecto del complejo de Saqqara. La entrada al complejo se realiza por un lado del templo decorado con columnas y espacios donde se encontraban estatuas de deidades. Es un pasaje estrecho como indicación de que el camino espiritual es individual. Al salir del corredor se abre la plaza central desde donde se puede apreciar en todo su esplendor la pirámide escalonada. El espectáculo es para dejar sin aliento, además al atardecer la luz es más suave dándole un aspecto más acogedor a toda la escena. Terminamos el recorrido en la parte sur del complejo con una hermosa vista del Cairo a lo lejos y regresamos al hotel despues de un día muy intenso y sobrecogidos con la imponencia y belleza de los sitios que visitamos.
